Santa Rita, es la santa de los imposibles y la finca fue nombrada así por los Abuelos Silva Romero en 1924, debido a que constantemente los pobladores de la zona aseguraban que era imposible que se pudiese cultivar café en esas tierras. Los abuelos Silva Romero fueron la primera generación, actualmente la finca es administrada y operada por la cuarta generación de la familia.
Todos los años después de la primera lluvia, la finca nos regala un espectáculo maravilloso: La flor del café que ha madurado en los meses anteriores se abre, vistiendo el cafetal de flores blancas, su olor embriagante inunda cada rincón de la finca durante los próximos 2 días; después de esto cada flor da lugar a un grano de café.
Una vista espectacular desde las faldas del Volcán, acompañada de una extensa variedad de arboles de sombra son el escenario perfecto para que la fauna encuentre en la finca un refugio natural.
Los atardeceres nunca son iguales en la Santa Rita, desde la Plantillona se visualiza la Bahía de Jiquilisco y desde el Pino el Volcán de Usulutan.
En nuestra finca, el café es cultivado por gente que vive dentro de ella y en sus alrededores, contribuyendo así con el desarrollo de la región. Adicionalmente, siempre hemos estado comprometidos con el apoyo a los residentes de la zona; el primer paso se dio en los 70, cuando se donó terreno y recursos para la construcción de la escuela que ahora lleva el nombre de Gloria Arguello Silva. Adicionalmente, se siguen implementando programas de apoyo, entre ellos: apoyo continuo a escuelas publicas, programa de operación de laboratorio clínico, donación de libros a las escuelas, colaboración con ONGS para programas como salud visual, programa de nutrición, etc.